*Previamente publicado en Jazz en Dominicana

por Orlando Emilio Ruiz Reyes

 

Escuchar la última producción discográfica de Fernando Madera es adentrarse a un mundo musicalmente diverso y deslumbrante, es conocer a un artista de grandes capacidades musicales y vocales, una muestra más del extraordinario potencial y talento Jazzístico de Borinquén, esa es la sensación que queda al apreciar su más  reciente obra denominada “Una Perspectiva Azul“, un disco en el cual el guitarrista manifiesta su enorme talento como compositor (es autor de la mayoría de los temas)  así como  su sensibilidad y alegría musical, característica distintiva de quienes nacen en el Caribe.

Madera, al lado de 18 fabulosos músicos, logra plasmar en 10 temas el encanto de su sonido, la calidad y originalidad de su propuesta. Es un viaje musical que tiene como conductor al Blues (cuyo espíritu deambula por casi todo el disco) y hace vivir una experiencia auditiva de la más alta calidad, se siente en las letras de sus canciones y los impecables arreglos a un músico de gran madurez y comprometido en hacer música de excelencia, en transmitir emociones realmente vibrantes, es fascinante apreciar esta producción.

Pocas expresiones musicales en el mundo tienen la capacidad del Blues para expresar emociones de todo tipo, tal cual como se sienten, de manera natural y Fernando logra transmitir (gracias a su maestría en la ejecución del instrumento central de este género) el mensaje que él quiera, se ha adentrado a un terreno del que no se sale bien librado si se aborda inadecuadamente y logra al final del ejercicio destacarse dejando una grata impresión, propio esto de quienes con rigor y compromiso deciden acercarse a esta bellísima expresión musical elevándola al sitial que le corresponde.

La cálida y sutil voz de Fernando (mención especial merece el tema “Dejarse llevar” con el que inicia el disco) y la increíble aportación de los músicos participantes (“Todo va a pasar” es una magnífica pieza) nos hacen experimentar en todo momento una comunión colectiva en donde el espíritu del Blues hace presencia con fuerza y manifiesta su alegría al ver el respeto y tratamiento que recibe de parte de éste gran talento Boricua, hacen estos elementos que sea poco probable no salir fascinado al escuchar el producto final.

Expresiones musicales como el funk y el bolero prácticamente se arrodillan y se dejan manejar sin restricciones ante las capacidades de este señor, quien respetando su estructura les impregna un sello personal, creando un concepto irrepetible, una identidad propia con la cual puede plantar bandera en cualquier escenario en donde haga presencia, cautivando al instante. Madera tiene la capacidad de atreverse, de proponer y lo logra con gran impacto.

Esta grabación no solo merece todo el reconocimiento y valoración por la fineza con la que fue elaborada (temas como “Tumbemos las Cortinas” y “Vendaval” son impresionantemente buenos), sino que se constituye en una obra que debería hacer parte de ese grupo de grabaciones comprometidas y respetuosas con la conservación del legado que nos ha dejado el Blues y más en este caso particular por ser un disco que (con gran admiración) concebido y realizado por fuera del Sur de los Estados Unidos, territorio de donde brota de manera natural el Blues, esta es una producción totalmente realizada a orillas del mar que baña la bella isla del encanto, sin duda es un verdadero privilegio gozar de la belleza y calidad de esta grabación, una experiencia sin igual y que hoy en día se hace muy visible, tomando gran distancia de  inmensa linealidad y escasez creativa que abunda en la escena musical actual. Larga vida y éxitos para Fernando, gracias a la vida por la existencia de este tipo de artistas.


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