El pasado martes 20 de mayo, el local Plaza de la Cultura, parte del antiguo local del café de Borders, fue testigo de la dulce voz de la cantautora Fana.  Con su acostumbrada sencillez de vestimenta y personalidad, pero con su melodiosa voz y carisma en escena,  llevó a cabo un recorrido musical por sus composiciones y entre una y otra canción, contó alguna historia o anécdota relacionadas con las mismas.

A pesar de estar prestándose en un local por donde más transcurre gente en el centro comercial de Plaza Las Américas, con su cándida voz, la poética de su guitarra y con un toque de percusión, Fana dio un sentido de intimidad a su participación. Dos canciones que fueron de particular agrado al público. La primera fue dedicada a su madre quién, como dijo la propia cantautora, había escuchado muchas veces, pero que siempre le hacía llorar y así fue esta vez también; la segunda fue una que ella compuso en homenaje a la poeta Julia de Burgos, canción que era como obra, una poética en sí misma, desde la mirada de una cantautora hacia una poeta, de artista a artista, de mujer a mujer.

Esta participación musical de Fana despertó emociones, sonrisas, suspiros y caló profundo no solo a los allí presentes, sino muchas personas que pasaban frente al lugar, se detenían a escucharla y algunos hasta compraban algunos de sus discos que estaban allí a la venta. De ese modo, luego de hora y media de emociones, con su gran humildad, se despidió del público quien la premió con unos cálidos aplausos todos puestos de pie.

Por: Angel Matos


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