En un encuentro casual y premeditado, un grupo de entusiastas de la cultura musical en Puerto Rico, se juntan para compartir inquietudes y soñar locuras para el desarrollo de la escena local. El grupo, en su primer encuentro se armó con Javier Hernández, profesor y fundador de Inversión Cultural; Rubén Amador, director de Conservatorio de Artes del Caribe y Walter Morciglio; cantautor, productor y editor de Sonando en Puerto Rico. Entre los tantos temas que discutieron afloró la importancia de unir esfuerzos en todas las facetas de producción y desarrollo de la comunidad artística.
A continuación, los participantes nos comentan sobre un cliché necesario y atrevido; ¿En la unión está la fuerza?
Javier Hernández:
Ahora que estamos hablando de industrias creativas en Puerto Rico es buen momento para establecer prioridades. La música es sin duda uno de esos sectores con mayor potencial de crecimiento e impacto económico. Yo creo que el gran problema está en que su propia naturaleza y dinámica lo hace un sector disperso y escurridizo. También su diversidad provoca dificultad a la hora de establecer una agenda común.
A pesar de esto, creo que estamos en el momento de adelantar esa agenda, y en ese sentido sí podríamos decir que “en la unión está la fuerza”. Pero tenemos que hablar de una unión diferente, flexible, alternativa y estratégica. Tenemos que crear proyectos de aglomeración entre todos los componentes del sector, que son muchos. Tenemos los músicos, las agrupaciones, los productores, los ingenieros, los estudios, las salas de ensayo, las escuelas de música, las tiendas de música, los que fabrican instrumentos, los café teatros, bares y espacios alternativos, la empresa privada y muchos otros agentes.
En esa agenda debe estar el fortalecimiento de redes de apoyo, la visibilidad del sector, la capacitación y desarrollo de herramientas para que el público apoya cada día más la escena local. Solo así se crearán las condiciones para ser un foco de producción musical a nivel internacional que beneficie al turismo y la internacionalización del país. Ahora nos toca empezar esa gestión.
Walter Morciglio:
La música siempre ha existido como una industria creativa que no para de inventar. Puerto Rico se ha destacado por cosechar en su estrecha extensión territorial, una gran cantidad de músicos y proyectos innovadores que van muy por encima de la expectativa de una pequeña isla del Caribe. Sin embargo, los grandes cambios en la industria musical moderna han dejado a generaciones de músicos boricuas sin atención. Ante la poca acción del gobierno para generar ofertas, trabajo y educación para los creadores; muchos proyectos sonoros caen en el olvido.
Los grandes avances en la tecnología, cómo lo es la grabación portátil y la ingeniería de sonido casera, le ha dado alas a nuestra generación permitiendo la documentación de muchos proyectos sonoros que hubieran caído en la gaveta de las disqueras internacionales. Aún así, ya no es suficiente grabar y documentar para sobrevivir. La alternativa de una escena común, dónde proyectos de desarrollo entre bandas y solitas sean el centro de operaciones de día a día, debe dejar de ser un sueño para convertirse en una necesidad.
Si en la unión está la fuerza, ya es el momento de juntarnos más allá de un noche de compartir tarima y hacer de las necesidades de cada cual, la obligación de todos. Podemos luchar por una escena creativa y ante todo, una colaboración masiva donde derrumbemos las murallas que crean otros y destruir el silencio que nos obligan a callar.
Estoy convencido de que la industria de la música es la más grande, diversa y dinámica de las áreas que componen la industria del entretenimiento. Está a su vez es sin duda una de las industrias más lucrativas y que más aporta a la economía del país. También es una de las más invisibles y subestimada. Los mismos factores de diversidad y amplitud han dificultado la tarea de medir y comprobar su fuerza. La cotidianidad con que nos rodea el arte como pueblo ha hecho que en muchas ocasiones lo demos por sentado y no lo veamos como un ente económico generador de riquezas.
Si queremos que nos reconozca como un sector importante dentro de la economía de este país, nos corresponde a todos nosotros, desde las escuelas hasta los productores, desde los músicos y compositores hasta los fabricantes de instrumentos y los periodistas de espectáculos, reconocer nuestro espacio y participación dentro de esta cadena de manera que observemos las áreas de oportunidades y demostremos las fortalezas que tenemos como industria. Nadie lo hará por nosotros. Nuestra fuerza está en nuestro tamaño. ¡Con la unión podemos demostrarlo!