*Agradecemos a Leonardo Olazagasti, por comparti con SPR, la ponencia que ofreció en el Segundo Simposio de Investigación Musical. (Foto: Stuart Foley)

“No me pregunten por qué pasó. No tengo la menor idea de por qué lo celebraron allí en primer lugar. Tampoco recuerdo exactamente cuándo comenzaron a llegar como hordas del norte. Llegaron en grupos de cinco y seis, a veces más. Llegaron de mañana, de tarde y de noche. Llegaron para quedarse los tres días que duraba el festival. Llegaron con sus mochilas y tiendas de campaña. Llegaron, con melenas y en blue jeans. Llegaron con hash y kif. Llegaron con flautas y guitarras. Llegaron cogiendo pon en la carretera. Llegaron las chicas sin sostén, los chicos descamisados. Llegaron descalzos y portando flores en el cabello. Llegaron con el más reciente de Jerry Rubin bajo el brazo. Llegaron haciendo la señal de la paz con los dedos en V. Llegaron con las palabras Peace and Love en los labios. Llegaron altos y bajos, gruesos y delgados, rubios y morenos. Llegaron los hippies a Vega Baja.” 

Manuel Abreu Adorno, llegaron los hippies, ediciones huracan, rio piedras,  1978

 

La década de los setenta  para muchos, marca un cambio en las actitudes de la juventud. En 1972 se da el escándalo de Watergate mientras la guerra de Vietnam sigue cobrando vidas. Ya habían pasado varios años desde que los grandes festivales como Woodstock y Monterrey habían propiciado la notoriedad y fama de los hippies. La era de acuario empezaba. En Puerto Rico llevábamos veinte años del establecimiento del Estado Libre asociado y Luis A. Ferré era nuestro gobernador.

A partir de la década de los cincuenta, Puerto Rico inicia una nueva fase en su historia. Con la firma de la constitución del Estado libre asociado y la redefinición de un modelo de desarrollo económico, se promueve la noción de la entrada a la modernidad. El auge económico viene acompañado de la inauguración de hoteles de lujo y con estos el establecimiento de tarimas para actos internacionales. Estos espacios lúdicos principalmente se centraban en el área de Condado y el viejo San Juan. Es preciso notar que a la vez que las bandas de rock tocaban,  existía  un desarrollo simultáneo de otro género musical innovador y excepcional; la salsa. Estas agrupaciones muchas veces compartían los mismos escenarios. La polinización cruzada musical se manifestaba.

Los festivales internacionales de música empezaban a tener un mayor auge y una nueva industria se formaba alrededor de ellos. Esta creciente tendencia no solo se veía en Estados Unidos si no también en México, Colombia, Chile, Argentina y Reino Unido, entre otros sitios.

En 1969, ocurrieron dos espectáculos muy importantes para la generación de los baby boomers; Woodstock (Nueva York) en Agosto 15, 16 y 17 y Altamont (California) el 6 de diciembre. Estos festivales hoy en día son considerados como los momentos culminantes de la generación hippie. Woodstock se recuerda como uno de los momentos más emblemáticos de esta generación y Altamont se acuerda como un gran fracaso y el lugar dónde finalmente se acabó con el ideal hippie.

Con esta investigación se intenta identificar un vínculo entre los asistentes puertorriqueños y como este festival contribuyó al desarrollo de la contracultura local y el desarrollo del rock nacional. Considerado por muchos como el Woodstock Boricua, el Festival Mar y Sol capturó la imaginación de toda una generación y los expuso a una vertiente musical raramente vista en el país.

Tres días de sol y diversión, eso fue lo que los promotores le vendían a la juventud cuando empezaron a crear “La Fiesta del Sol”.  Originalmente este evento estaba programado para llevarse a cabo el fin de semana de Acción de Gracias, del 24-28 de Noviembre del 1971. La corporación “Fiesta del Sol” comenzó con los preparativos para esta feria/festival de arte y música a finales del 1971. La promoción oficial,  que consistió en anuncios de periódicos, afiches y anuncios de radio empezó a circular alrededor de octubre de ese año. Tan pronto empezó a difundirse esta información, la gente empezó a llegar al lugar planificado para el evento, la playa los tubos en Manatí.

Según Reniet Ramírez, creador de la página web Festival Mar y Sol: “El 18 de noviembre, Fiesta Del Sol, la cual había invertido alrededor de $225,000 en preparaciones para el área, anunció la suspensión indefinida del festival. Por consiguiente no había garantía que las bandas de rock contratadas estarían disponibles para la siguiente fecha entre ellas Santana, Ray Charles, Jefferson Airplane, Ten Years After, entre otros. Originalmente unas 250 personas habían venido de diferentes partes de los Estados Unidos para preparar el festival; para el 19 de noviembre, solo quedaban 25. La mayoría se habían retirado. No tenían más opción que volver a sus hogares ya que no contaban con que este proyecto se extendiera más allá de noviembre o del fin de año.”

Los productores locales tuvieron que buscar alguien más que los ayudara a reorganizar el festival. Es aquí donde entra entonces Alex Cooley, promotor y productor de Atlanta. Anteriormente, Cooley había producido el Atlanta Pop Festival y el Texas International Pop Festival y cuentan con su conocimiento para llevar a cabo el festival y arreglar el caos existente. Se escoge entonces una nueva fecha para el festival, el fin de semana de Pascua 1, 2 y 3 de abril de 1972. El productor desconocía el conflicto que creaba escogiendo esa fecha, una religiosa.

El Gobierno de Puerto Rico no avaló este festival por ser una actividad de dudosa moral, en este contexto hay que reconocer que la cultura en el país era muy religiosa y conservadora. Dada la circunstancias la producción encuentra más obstáculos y problemas al escoger la nueva fecha. El contacto que Cooley había conseguido inicialmente para ayudarlo con los permisos y las relaciones con las entidades gubernamentales, nunca cumplió lo prometido. Como consecuencia de los problemas económicos que enfrentaban y la batalla legal por los permisos con el gobierno, muchas  de las bandas que originalmente se habían contratado decidieron no venir.

Varios días antes de comenzar el festival, el 29 de marzo, el Juez José Rivera Barreras emite una orden que cancela el evento por la evidencia de drogas en los predios.  Se justifica la orden por evidencia de drogas encontradas en los predios. El área fue investigada por alguaciles encubiertos de la policía. Para ese momento sin embargo, ya habían miles de personas acampando en el lugar. Según la página web Festival Mar y Sol, Gary Williams, entonces periodista del Nuevo Día y Time Magazine, llama personalmente al gobernador Ferré quién andaba de vacaciones de Semana Santa y logra convencerlo de que modifiquen la orden que prohibía el festival. El jueves 30 se hace oficial la modificación y se  otorga el permiso para el festival.

Después de todos los problemas y obstáculos enfrentados por los organizadores,  finalmente el fin de semana del 1, 2, 3 de abril del 1972 comenzó el festival. Se estima que para ese viernes habían unas 25,000 personas en el área. Las taquillas para el evento se vendían en los Estados Unidos, primordialmente a un público de jóvenes universitarios que escuchaban rock y jazz. Los paquetes que se vendían incluían la entrada por los 3 días y el vuelo a San Juan por $149. Estos salían desde Nueva York, Boston, Washington, Miami y Filadelfia. Otro salía desde Atlanta salía en $169. Las entradas se vendían localmente por  $15 para los tres días de duración del festival. Al igual que en Woodstock unos años antes, las taquillas no sirvieron de mucho y muchas personas no pagaron y participaron del evento. Se fomentó inclusive que las personas que llegaban no pagaran y se colaran. El Festival Mar y Sol tuvo muchas similitudes con Woodstock.  Al mismo no sólo asistieron grandes multitudes que no pagaron entrada si no que el ambiente en general, el  de peace and love y el uso de las famosas bocinas recordó a Woodstock. Henley Sound, una empresa de audio quien anteriormente se había contratado para proveer el sonido para Woodstock, fue la que estuvo a cargo del sonido. Se utilizaron las mismas bocinas aquí que allá.

Dentro de los artistas que participaron en el evento hay una gran gama de estilos musicales desde los blues de BB King, Jazz con Dave Brubeck y Gerry Mulligan, rock pesado como Alice Cooper y Faces, hasta el nuevo rock progresivo de actos como Mahavishnu Orchestra, Emerson Lake and Palmer y otros grupos de world music como lo es OsibisaBlack Sabbath, uno de los actos más anticipados nunca llegó a tocar. Existen varios rumores sobre qué fue lo que en realidad paso, pero lo que sí sabemos es que la banda llego a Puerto Rico desde Miami con todo su crew y no pudieron tocar debido al tapón y falta de helicópteros que habían en ese último día de festival.  Dentro de estos actos sólo participaron tres grupos boricuas: Rubberband quien abrió el festival el viernes al medio día, después siguió la banda “del K-rajo” y un día más tarde toca Frank Ferrer y Puerto Rico 2010, quien dio uno de los espectáculos más memorables del fin de semana. A diferencia de otros festivales latinoamericanos como el Avandaro Rock y Ruedas del 1971 en México, el evento conto con poca participación de bandas locales. La mayoría de los grupos que llegaron a tocar estaban firmados por dos de los sellos disqueros más importantes de la época, Atlantic y Columbia. Originalmente se había planificado grabar un disco y un documental, como se hizo en Woodstock, pero esto no se pudo hacer por los problemas legales que enfrento el evento. Solamente salió al mercado una compilación  hecha por Atlantic records en LP. Otras bandas que tocaron sin embargo, si lograron lanzar material físico. Cactus por ejemplo, soltó Ot’ n sweaty: On stage in Puerto Rico and in the studio.  Años mas tarde Emerson Lake and Palmer encuentra los masters de su perfomance en el festival y saca un disco en vivo con esas canciones.

Es difícil determinar el impacto que tuvo el Festival Mar y Sol en la juventud puertorriqueña de ese momento. Creo que este evento es uno sumamente interesante que nos permite establecer un hito en el desarrollo de la interpretación del rock en nuestro país. Fue un festival de  grandes dimensiones hecho en Puerto Rico, realizado con pocos recursos en la época dorada de los festivales masivos. Considero que quizás por la notoriedad del mismo este evento ayudo a fomentar la música contemporánea de vanguardia en un segmento de la población que seguramente antes no había podido tener una experiencia de este tipo. Me atrevo a decir que esta fue la primera vez que algunos asistentes al festival escuchaban las bandas que participaron. Igualmente fue una oportunidad para conocer una amplia gama de manifestaciones y subgéneros del rock. En cuanto a la experiencia desde la perspectiva social, he sido informado por participantes del evento, que muchos boricuas fueron impactados por los estilos de vida de algunos de los asistentes gringos. Las duchas en particular resultaron un espacio sumamente atractivo para algunos, por la desnudes de los gringos, en general. Muchas personas además disfrutaron y consumieron del sunshine acid y el famoso purple haze de la época.

Cuarenta y cuatro años después de que se tocó la última nota en el festival y que todos los hippies viajaban de vuelta a sus casas, volvemos a repasar ese fin de semana de abril. Desde aquel entonces no se han visto espectáculos de esta magnitud en Puerto Rico. Si hemos tenido festivales de rock, y  muchas bandas internacionales han tocado en distintas tarimas alrededor de la isla pero ningún evento ha creado el hito que es Mar y Sol. Será por la época en que paso? será por las bandas que tocaron ? no se puede decir categóricamente. Incluso con todos los problemas legales, gubernamentales y de logística, el público no dejo de disfrutar de la música y el momento.  Mar y Sol  al igual que Woodstock, marcaron a una generación y entraron a la historia de la música convirtiéndose en una legenda moderna.

“History is hard to know, because of all the hired bullshit, but even without being sure of “history” it seems entirely reasonable to think that every now and then the energy of a whole generation comes to a head in a long fine flash, for reasons that nobody understand at the time-and which never explain, in retrospect, what actually happened.”

-Hunter S. Thompson, Fear and Loathing in Las Vegas, 1971


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