(En memoria y vida a Joy Santiago)
Si bien reconocer a los maestros que nos han formado es un acto necesario mucho más los es cuando la persona aún está viva. Es un ejercicio de absoluta humildad y desprendimiento como pocas en la vida. Dejar un legado no es exclusivamente atribuible a personas de edad avanzada, sino que es algo que nos corresponde a cada cual, siendo originales, preparándose constantemente, con consistencia, creyendo en uno y encontrando eco en los otros. Uno de esos en los cuales la mejor tradición de la nueva trova, de ritmos latinoamericanos y puertorriqueños ha encontrado guarida y fusión con un toque de poesía, los es el cantautor Mikie Rivera. El pasado 1 de septiembre de 2018, un grupo de cantautores y un poeta, convidados y provocados por el gestor y conspirador, el cantautor Melvin Padilla, se juntaron en un magno concierto para honrar la carrera y vida del cantor de la brigada, Mikie Rivera. Dicho evento se llevó a cabo en uno de los oasis para los músicos y cantautores en la montaña, Archis, en el mítico pueblo de Corozal.
Con una noche fresca, un público diverso y sonrisas por todos lados, el artista Chegüi comenzó trabajar un arte en grafito en vivo con una foto de Mikie. Cerca de las ocho de la noche, con el local lleno con gran vibra, y con Mikie sentándose en la primera fila; el poeta y declamador y esa noche maestro de ceremonia, David Díaz, dio la bienvenida al evento. Como la poesía es parte de la canción de Mikie, la intensa velada comenzó con la presentación de un poeta amigo del cantautor y quien suele hacer fusiones con otros cantautores: Angel Matos. El poeta compuso un poema especial para la ocasión en la cual fusionó cada uno de los títulos de las canciones de los discos del homenajeado quien esa noche, además, cumplía años. Al final de la lectura del poema, un cantautor intensamente conmovido y un poeta vibrantemente emocionado, se fusionaron en un profundo y cálido abrazo.
Con la poesía en el aire y la pintura tomando viva, se hizo la música. Cada músico esa noche le dio su toque personal a cada interpretación llevándolas con cada estilo a unos niveles de belleza y pasión únicos que el mismo compositor confesó que nunca ni lo soñó así. Un detalle que causó gran gusto y emotividad, fue la presentación entre ciertos cantautores, de sendos vídeos de personas que le enviaban felicitaciones a Mikie:: El mexicano Edgar Oceransky y los boricuas Roy Brown, Silverio Pérez, Danny Rivera, Tito Auger y don Rafael Cancel.
Luego de la lectura del poema, Mikie leyó una autosemblanza muy creativa que escribió especial para la ocasión. Después de un merecido aplauso, se hizo la canción. Participaron: Abraham Dorta, Zayas, Andy Rivera, Fernando Madera y Mal de Ruido. Luego de estos, el trovador corozaleño, Felito Vega, improvisó unas décimas para Mikie. Las emociones musicales continuaron con el junte y participación de tres de los cuatro secuaces del cantautor en la Banda Acústica Rodante: Walter Morciglio, Nore Feliciano y Rucco Gandía, acompañados en el coro por Benytza Toro y perusión José Flores. Luego de estos, participaron Iván Rivera y el dúo Flor de Viento.
Con toda esa vibra y emociones, tomó la tarima y la guitarra el homenajeado acompañado en la percusión por el también cantautor Cristopher Calderón; no sin antes recibir el arte que hizo el artista Chegüi y el cual estaba firmado por todos los cantautores y el poeta. Después de agradecer a Melvin por la organización del evento y a los que participaron, comenzó a interpretar a su estilo varias de sus canciones la cuales fueron acompañadas a coro por el público. Luego de cantar cerca de seis de sus canciones, se unieron cerca de la tarima todos los cantautores para acompañarlo en la canción “H.F”. Llenos de emoción, cada uno interpretó parte de la canción dándole a dicha composición un sentido e intensidad única e irrepetible.
La noche abrió entre emociones y cerró entre otras. La música y sus ondas, la palabra y sus sonidos, la combinación de todo, nos hace más humanos y a la vez inmortales. La fragilidad del tiempo y de la vida se cancela cuando se lleva una existencia digna, se deja una huella creativa y humana y aspiramos a que cuando llegue ese último aliento, estemos rodeados de nuestros queridos y haciendo los que nos apasiona. Así el cantautor homenajeado se ha jugado la vida en más de veinte años de carrera y esa noche, la última nota, se hizo eterna para un ser lleno de música que partió de este mundo con la pasión que vivió, con la eternidad en la canción de Mikie Rivera.