Con apenas diez minutos de retraso, se escuchó un grito en el Coliseo de Puerto Rico: “¡Sol D’ Menta en la casa!”. Era Ricky Díaz -primer cantante del legendario grupo del patio- que buscaba revolucionar al público como en sus mejores tiempos de gloria rockera. Y con la gran responsabilidad de servir de teloneros para los Red Hot Chilli Peppers, Miguel ‘Tito’ Rodríguez, el eterno guitarrista de la banda, dejó escapar un acorde inmenso que dio paso a La Borinqueña. Porque entonar el himno puertorriqueño fue uno de los actos icónicos que los chicos del oeste siempre realizaban durante su exitosa época en los años noventa.
Con el tema Vagabundo comenzó su participación, pero en media hora Sol D’Menta mostró cátedra de su valía musical. A pesar de la crítica en las redes sociales en contra de su intervención por ser inmerecida, los Soles son y seguirán una de las bandas más importantes del rock nacional. Incluso, recuerdo haber leído comentarios -con el mayor morbo del mundo- que Sol D’Menta era el Indigo de aquel periodo. Pensándolo bien, lo son. Los discos iniciales de ambas agrupaciones aportaron en grande a la historia discográfica de la Isla.
Por otro lado, el gran reto para los muchachos mayagüezanos fue el poco interés de la producción del evento de resaltar su ejecución en tarima. La banda se alumbró con un simple y triste tono azulado, único matiz luminotéctico provisto por el equipo de producción. De igual manera, el sonido FOH (Front of House) no se escuchó con la misma intensidad que el de RHCP. O sea, en arroz y habichuelas, los tenían sonando más bajito. Ya es tiempo que los productores de Puerto Rico brinden el espacio y apoyen genuinamente a la clase artística nacional. Yo, como artista, he tocado en actos de apertura de varios espectáculos, y al compartir vivencias con otros compañeros/as del ambiente musical, reconocemos la misma sensación: el menosprecio de nuestro trabajo. Los organizadores asumen la actitud de que nos ‘están haciendo un favor’ y aunque es importante la visita de gigantes como RHCP, nosotros quedamos relegados, sin futuro. ¿Dónde queda nuestra industria creativa? Tanto alarde con que somos los grandes embajadores de Puerto Rico, pues ya es tiempo que dejen de hablar palabras lindas ante la prensa y tomar acción.
En la penumbra con la que Los Soles manifestaron su talento y tras de un corto receso, el ‘Choliseo’ quedó en absoluta oscuridad. Todo preparado para la fuerte entrada a escena de la banda formada en Los Angeles en 1983 con el tema Can’t stop. La gente los recibió con un apoteósico aplauso y permaneció de pie la mayoría del concierto. El despliegue visual fue impresionante, múltiples pantallas en el escenario capturaban los movimientos de cada uno de los integrantes para el segundo tema Dani California. A juzgar por la reacción de la emotiva audiencia, la canción de la noche fue Otherside. La nutrida asistencia no paró de entonarla, quizás por ser uno de los videos musicales preferidos a principios del nuevo milenio.
El concierto transcurrió con pequeños solos de bajo -como introducción a todas las canciones- por parte de Flea. Un efecto repetitivo si se toma en consideración las armonías similares y recurrentes a nivel general entre las composiciones de RHCP. Una de las desventajas de la banda en la cual no existe un viaje de tonalidades interesante o atractivo. Sin embargo, la energía y el poder del junte de estos músicos -con más de 30 años de experiencia- es una de sus mayores armas. No hubo decepción en la intensidad de Anthony Kiedis con su media roja y atuendo hipster rockero. A veces traicionado por su ejecución vocal, el también ocasional actor, siempre se mantuvo brincando y bailando la mayoría del show. A diferencia de nuestro Ricky, quien con cada nota hizo retumbar los altoparlantes del José Miguel Agrelot.
La multitud volvió a estallar eufórica con los famosos temas Under the bridge y Californication, para en By the way hacer la primera falsa salida. El conjunto regresó para ejecutar Around the World, Corner or Soul y Give it Away. En ocasiones, Flea y el baterista Chad Smith se acercaron a la fanaticada de la primera fila para expresar su gratitud con muestras de cariño.
RHCP -apoyados ahora de piano y percusión- culminan su primer concierto en San Juan lleno de sus canciones más populares. Mientras, las quejas no se hicieron esperar y algunos entendieron que 17 canciones no eran suficientes. Vale la pena destacar, que Sir Paul McCartney en su única visita a Puerto Rico, nos presentó un repertorio de sobre 32 canciones. Ustedes dirán.
Foto por Kenneth Ortiz: Live-Mag
Correctora: L. Octaviani