En una noche húmeda santurcina, el estacionamiento del Centro de Bellas Artes de Puerto Rico se iba llenando un viernes 24 de abril de 2015. Entre los eventos que en las salas de ese maravilloso templo de la música y teatro se realizarían, estaría el concierto en el Café Teatro Punto Fijo de la cantautora puertorriqueña Katira María. Poco a poco ese espacio tan hermoso e íntimo que da la sensación de entrar una cueva, se fue llenando. En la pequeña, pero acogedora tarima, tan solo una batería, un piano, un bajo y un micrófono. Frente a la tarima, gente que se iba conociendo y reconociendo se saludaba, se abrazaba y preparaba para una velada especial.
De pronto y en silencio, los músicos tomaron su espacio. En una explosión de música, los tonos del piano, batería y bajo comenzaron a juntarse, a conversar, a crear texturas auditivas. Con una voz potente y dulce, acariciadora y punzante, subió a escena la cantautora Katira María. La velada estuvo matizada por un junte de sus composiciones en las cuales se funden diferentes estilos donde se realza ritmos de Broadway, el soul, rock, reggue y el bolero. Entre canciones y sintiendo complicidad con el público allí reunido, contó algunas historias de cada composiciones y su proceso creativo; proceso en el cual curiosamente ella comentó varias veces que sus canciones y poemas fueron escritos a las 3 AM en momentos diferentes. Además, parte de su composición creativa y de vida es la poesía; entre algunas de sus canciones compartió poemas suyos que conversaban con la canción que a continuación de la misma, iría.
Entre sombras y luces tenues, rodeados de pinturas en las paredes, entre canciones en español e inglés ambas manejadas con maestría y la misma pasión, Katira cautivó al público asistente en Punto Fijo. Con su voz, su carisma, su contagiosa energía, supo contagiar a un público que premió cada interpretación con aplausos y vítores. Los sentimientos e historias en las letras y melodías de sus canciones acompañados de los gestos, sus miradas, sus bailes, con la belleza de la pintura dorada que llevaba en la piel, elevaba las almas a niveles sensibles pocas veces alcanzables y degustables.
Katira María entregó su ser en un derroche intenso de energía. Casi tres horas donde música, historia y poesía se combinaron para demostrar en esa noche a una de las mejores nuevas voces y compositoras del exquisito grupo de las mismas que se está dando en Puerto Rico. Estuvo acompañada por una banda de músicos jóvenes puertorriqueños de gran altura, calibre y maestría musical; Además de estar de invitado en varias piezas al maestro y virtuoso saxofonista Ricardo Pons. Entre las caras del público que fueron a apoyarla, se podía ver el disfruto de cantautores como Eduardo Alegría y Mima; Músicos como Josy LaTorre (madre de la cantautora) e Irvin García (ambos de Haciendo Punto en Otro Son) y Omar Silva (de la banda Cultura Profética); El productor y activista cultural Pedro Muñiz; entre otros amantes de la cultura y la música.
Con la misma explosión de energías que comenzó la anoche así termino. Un público efervescente en placer y gusto se acercó a la cantautora para saludarla y felicitarla. Katira, llena de humildad supo recibir el cariño del público, dar abrazos, tomarse fotos, regalar una palabra sincera y cálida a cada persona. Así Punto Fijo se fue vaciando, pero no la memoria y corazones de los que allí estuvieron presentes. Afuera Santurce era esa sinfonía urbana que nunca calla, que lo sugiere todo, que invita a tanto bajo un cielo de estrellas tímidas y una luna que parecía sonreír.