Bajo una luna que tímidamente se asomaba entre las nubes de la ciudad de Caguas, el Paseo de las Artes se fue llenando de gente de diferentes edades que iba, de modo especial, a celebrar el sexto aniversario de su “culinary fest” llamado Al Fresco. Entre olores a diversidad de platos, música en los negocios aledaños, una energía muy especial que se sentía en el aire, se iba preparando una noche inolvidable.
Con una plazoleta llena y una sensación de paz y disfrute, se hizo la música con la banda Yibáro. En una fusión de reggue, ska, salsa y algo de nueva trova, con un estilo diferente, este grupo le dio al público una bienvenida llena de arte, talento y entrega. Mucha gente se acercó a la tarima para bailar al ritmo de su música. Daba gusto verlos tocar y los rostros de los miembros de la banda, en especial su cantante, ante la cálida respuesta y aceptación de su concepto musical de parte del público.
Luego de un receso en el cual la gente, muchas en familia o grupos de amigos, continuaron disfrutando de los platos allí confeccionados, su trago favorito y conversaciones amenas, se volvió a hacer la música con el grupo Así Somos. Ante un muy sonoro y cálido aplauso y vítores, lo cual denota el cariño y admiración del cual gozan, con la chispeante sonrisa de su vocalista, Ismar Colón, dieron la bienvenida al público con su pegajoso estilo. Con el mágico violín de Duamed Colón y el sensorial saxofón de Saviel Cartagena, en conversación con la batería, teclados, percusión menor, la música tanto original de ellos como de otros cantautores que interpretaron, tomó un sentido como solo Así Somos sabe interpretar. Desde la primera canción hasta la última, el público bailó, cantó, aplaudió y llenó todo aquel lugar de un sentido bohemio y de confraternización pocas veces vivido.
Con esa energía y vibra dejada por Así Somos, al paso de una transición, el ritmo de una batería que con el sonido solitario de su bombo parecía guiar los corazones hasta cierto ritmo nos llevó a la vibración de las notas de un bajo y seguido de una guitarra eléctrica que parecía aullar a la luna. Con esa explosión de instrumento apareció con un “buenas noches” y lleno de energías el vocalista Javier Hiram: Viva Nativa se había apoderado de la noche.
La parte frontal de la tarima se llenó de un público que bailó, cantó, grabó vídeos, al “rock funky style” de la banda. Con la entrega, energía y ritmo que caracteriza esta agrupación netamente puertorriqueña, la noche tomó otro sabor sin perder la sensación de bohemia e intimidad que allí se hacía sentir. Los instrumentos que parecían conversar unos con otros y la chispeante y explosiva energía de su vocalista el cual inclusive se lanzó de la tarima para cantar entre el público, regalaron una experiencia que jamás olvidará nadie que estuvo allí. Viva Nativa regaló a su público los éxitos que nuestra gente ya ha hecho suyos y esa energía, estilo y respeto por el pueblo y la música que los ha hecho una de las bandas favoritas de nuestro país por casi veinte años.
El Paseo de las Artes se fue vaciando, pero no así el resonar de la música entre los edificios, las estrellas entre las nubes, la enigmática luna. Así, bajo el velo de la noche, Caguas y todos los visitantes de distintos puntos de la Isla, celebraron una velada especial en el sexto aniversario de Al Fresco. En una noche tres bandas de ritmos y estilos diferentes se juntaron para crear una magia especial que los unió y llevo al público a estados sensoriales profundos. Una vez más se demostró que nuestra gente, aún en estas crisis, tiene ganas de sentir y de apoyar a nuestros artistas puertorriqueños.