De Puerto Rico para el mundo, una mirada desde la diáspora.

David Rodriguez es uno de los ingenieros de sonido más importantes de la escena en la Isla.  Con más de cuarenta años de experiencia en el medio se ha destacado dentro del mundo de la música como emprendedor en negocios como DiscMakers y DRS. Actualmente completa su doctorado en neurociencia en la Universidad de Colorado.

 

Mis felicitaciones a todos los que laboraron en el proyecto del Banco Popular “De Puerto Rico Para EL Mundo”.  El trabajo es visualmente excelente y la consistencia en el sonido estuvo de primera.  Los que me conocen pensaran que mi apreciación del mismo se ha de remontar únicamente al aspecto técnico, ya que es lo que he trabajado toda mi vida.  No será así esta vez, razones de peso tengo para comentar sobre el mismo bajo otra óptica.

Me encuentro fuera de Puerto Rico y seré lo mas honesto posible. Se siente uno como un traidor, con licencia en recurrir a trabajos como el del Banco Popular, dónde la música  apela a las emociones tratando de anestesiar ese disloque cognitivo al salir de la patria. De la tierra dónde por más o por menos, uno hace su vida y tiene toda la gente que conoce, los padres, hermanos, familia y amigos que son también familia. Salir por las razones que sean y tener que aceptar esa realidad para mucho de nosotros nunca se resuelve y por tanto se recurre a la nostalgia, a la tradiciones, a la música, a la gastronomía,  a la clase artística, a los recuerdos y los testimonios de los demás compatriotas; que ya los años fuera de la patria lograron crear de la añoranza de regresar a Puerto Rico en una cicatriz.

Antes de que vengan a “restrayarme” en mi página personal el hecho que con tan sólo regresar a la Isla se resuelve, recordemos todos que la presente situación en Puerto Rico con las circunstancias personales se conjuga y nos mueve a tomar decisiones que no siempre redunda en lo que hemos planificado en nuestras vidas.  Mi decisión no fue hecha a la ligera y sin conciencia y no crean que estoy sentado llorando, aunque lo escrito, pudiera dar la percepción de ello.

Como indique al principio, el programa esta producido con el mejor cuidado posible tanto en lo visual como en lo auditivo. Mis respeto a PJ Lopez por la fotografía y a Luis Amed Irizarry, en la parte de la producción musical grabada. Se demuestra una madurez de parte de todo el equipo que trabajo en el Especial.  Contamos en Puerto Rico con talento que puede encarar cualquier reto de producción a nivel local como internacional. La dirección de Mariem Perez y Carlitos Ruiz fue impecable.  A Silverio Pérez gracias por tomar el concepto y levantar un guión que logra resumir lo que verdaderamente somos. Tengo que decir que es lo mejor que he visto producido por el Banco Popular.

Ahora bien, la razón primordial por la cual la primera parte de mi escrito es el flujo de conciencia que para algunos pueda parecer inverosímil, se debe al concepto de lo que la  producción conlleva como tema central.  La idea en dedicar el especial a la diáspora, los que nos encontramos fuera de la tierra que tanto amamos y hacer ese recuento histórico-musical donde por una hora logra,  lo que los medios sociales no pueden y hasta en todo caso trabaja en contra de ello. ¿El tema? La unidad de ser puertorriqueño tanto en Puerto Rico como fuera de la Isla.  La unidad del espíritu del pueblo puertorriqueño, algo que se reconoce como genuino, admirable y necesario dentro del marco de un trabajo de arte músico/visual.

Curioso que una vez al año, el Banco Popular que tiene por nombre “popular”, (alusivo al pueblo, no el partido político) logra con música, arte y el medio visual unidad de pueblo donde se enaltece lo patrio, lo nacional, lo que somos, lo nuestro, lo que nos distingue, lo que nos enorgullece y lo celebramos como comienzo de la celebración que mas grande no podemos hacer en Puerto Rico, la Navidad. “Que bueno es ser Boricua, puertorriqueño, de la Isla, de la tierra de mis ancestros y nos desmelenamos en llanto por todo lo que significa.”  Este año ha sido de la mejor manera posible.

El  efecto que el especial logra  en nosotros los puertorriqueños es lo que René Descartes esbozó en su teoría sobre el dualismo; tenemos que llegar a dudarlo todo para descubrir y saber en que realmente creemos.  ¿Creemos realmente que somos puertorriqueños? ¿O qué somos? ¿Unidad?  ¿Cuándo vamos a poner la mente y cuerpo a funcionar como uno?  Entre lo racional y la acción y tratar de lograr verdadera unidad sólo hace falta que se le ponga voluntad. Es esa voluntad la que se pierde cuando nos anestesiamos con las emociones. O nos levantamos con ello, o nos dejamos seguir aplastando.  Escoja usted cual de las dos opciones es la que se debe aplicar a la realidad actual que se vive.

Mis estudios en neurociencia me llevan a lo siguiente respecto a la función de trabajos como el Especial. Se descubre mediante el estudio de  la música y el proceso cognitivo, que la música logra desarrollar el sistema de aprendizaje. Que en forma efectiva la música nos unen a pesar de todas las diferencias que podamos tener entre nosotros mismos. Que nos lleva a desarrollar capacidad de juicio que en el presente tanta falta nos hace. No falta juicio para entender que hasta que no les saquen la comida de la boca de aquellos que optan por permitir que se les destruya todo, quizás entonces puedan valorizar lo que somos como puertorriqueños.  Lo que el Especial del Banco en forma emotiva busca mantener vivo. A su vez  genera esa parálisis de acción en el pueblo que se seduce con especiales como este. A buscar apaciguar en forma romántica lo que no se esta dispuesto accionar para su propio sentido de preservación y así verdaderamente celebrar la unidad de lo que somos.

En definitiva y para completar el cuadro agridulce de mi apreciación, el Especial del Banco Popular es un éxito en lo que se refiere a reunir talentos artísticos y técnicos, dónde queda claro que capacidad de hacer las cosas bien queda más que demostrado. Necesitamos estos talentos para que se genere el pensamiento crítico de lo que ocurre en nuestro tiempo presente. Saber de nuestra verdadera historia y lograr con la nueva generación la acción de cambio que necesitamos evitando repetir los errores del pasado. Espero que  genuinamente logre revolcar las emociones a tal grado que se levante el verdadero sentimiento que se tiene que dar entre los de la diáspora y los que se quedan en la Isla para encarar el embate de quienes la administran. A ver si mediante la música y las artes logramos esa unidad que dure mas allá de una hora al año.