Hacer arte es conectarse y reencontrase entre tiempos, diferentes modos de creación y experiencias creativas; ya sea desde la experiencia interpretativa como en la de entrar en contacto con los creadores. De ese modo, el arte tiende puentes entre tiempos garantizando y enriqueciendo la historia y la sensibilidad de las personas. Es dentro de este concepto que surge ese secreto a voces de la nueva producción “Puentes” de la pianista Brenda Hopkins Miranda. Rompiendo con su tradición de discos ricamente instrumentales, en este caso su piano y arreglos de su banda, conversan en un viaje musical con canciones clásicas del cancionero puertorriqueño y tres del norteamericano, con cantautores que le dan un estilo personal y único a cada una de esas piezas.
Este viaje musical que tiende puentes entre voces y tiempos, comienza con la psicodélica interpretación de “Cumbanchero” en la voz de Fofé Abreu quién nos sorprende con el uso de esos sonidos muy suyos que le da un sentido entre claro y oscuro a cada canción que interpreta y que, en este caso, le da un toque sublime y único que el mismo Rafael Hernández nunca hubiera pensado y sorprendido. El viaje continúa con algo pocas veces visto en los discos; la integración en un baile en el cual el zapateo se vuelve música desde los pies que hablan de Jeanne d’Arc Casas en la pieza “Muévame el cafecito” de Jesús Sánchez Erazo “Don Chuíto”.
Con la pasión que la caracteriza, Cheryl Rivera nos sorprende con la potencia de su voz y el juego de sus texturas con la canción “Feelin’ Good” de Anthony Newley y Leslie Bricusse. En un toque de blues cargado de la fuerza de la nostalgia, el dulce y provocador canto de Emily Gómez nos lleva en un viaje sensorial con “Black coffee” de Sonny Burke y Paul Francis Webster.
Como en una explosión de contrapuestos, el disco continúa con una interpretación instrumental jazzeada y de ritmos no inesperados para la canción “Preciosa” de Rafael Hernández. Ya con ese sentimiento boricua, la explosiva, carismática e intensa Lizbeth Román nos lleva a vivirnos de un modo poco tradicional la canción “Verde luz” de Antonio Cabán Vale “El Topo”. Como lo boricua es un juego de opuestos lleno de la riqueza aún en el dolor, Brenda Hopkins hace una emotiva interpretación única solo a piano de la gran pieza musical “Lamento borincano” de Rafael Hernández.
En una fusión de voces en donde no solo se funden los estilos, sino también el amor del uno al otro, Javier Gómez “Vivanativa” y Cheryl Rivera cantan y dan vida a la canción “Romance del campesino” de Roberto Cole. Luego de esa exquisita y rítmica interpretación, el disco sigue con la dulzura y calor de la voz de Ana del Rocío interpretando la hermosa canción “People get ready” de Curtis Mayfield a la cual le interprete le dio un toque único.
Desde el espacio de lo burlesco llevado a la música y en ese estilo de tan él, Eduardo Alegría junto con la banda y piano de Brenda hacen una versión retante, inquietante y rica de la canción “Sal a caminar” de Roy Brown. Como si hiciera falta algo más, este viaje musical cierra con la participación de Tito Auger interpretando “Donde yo nací” de Claudio Ferrer. Con la patria en su garganta y ardiendo en todo su ser, Tito, en esta canción, nos devuelve a la simple esencia de lo puertorriqueño y nos reenamora de nuestra tierra.
“Puentes” es una invitación no solo a mirar el camino, sino a cruzarlo. En un viaje musical por el tiempo, por estilos, pero sobre todo: Por sentimientos. La seducción del piano, de la banda y de los cantautores que participan en este viaje musical, hacen de este disco uno único y de una riqueza incalculable. Ciertamente, crucé este puente sabiendo que algo bueno habría al otro lado y fui encontrando en el camino tantas cosas que me llenaron de emociones, de orgullo y sé, que luego del mismo y al cual regresaré constantemente, ya nunca más seré el mismo.