El pasado fin de semana se llevó a cabo en el Centro de Bellas Artes de Santurce la presentación “Andanza en Vivo”. La compañía puertorriqueña de baile contemporáneo llevó al público a un delirio de emociones en donde el manifiesto de los movimientos corporales de las distintas coreográficas, mezclada con detalles minimalistas, más la música presentada, fueron las vías para expresar nuestra condición humana en la modernidad. La presentación, además de enrriquecedora y liberadora, fue arriesgada, en donde la creatividad fue pleno motor del espectáculo.

La presentación tuvo tres funciones, 22, 23 y 24 de abril, con el propósito de recaudar fondos para los proyectos socioculturales de la compañía. En esas tres noches, la magia se llevó a cabo en La Sala Experimental del CBA, un espacio que permite al público tener una experiencia casi inmersiva. El escenario estaba completamente en blanco, desde el piso hasta el fondo; permitiendo a los(as-es) bailarines ser los(as) que resaltaban en cada coreografía. 

El vestuario era vital en la presentación. Al ver a los(as-es) bailarines entrar con una vestimenta distinta, ya el público entendía que se iba a una experiencia diferente. Cada vestuario era conforme a lo que se deseaba presentar. Se expusieron dos actos, siendo el último el único con sonoridades en vivo. El primer acto estaba compuesto por tres pesentaciones:  “Desaturado” (estreno), “Tríadas” y “Janus” (estreno); mientras que el segundo acto se llevó a cabo el estreno de una pieza la cual no tiene nombre, su identidad es lo que se conoce como un “QRCODE” que te lleva a ver un video relacionado a la coreografía. 

El comienzo del evento con “Desaturado” fue bien acertado.  Arleane López (coreógrafa) comenta que el mensaje de la obra es “La necesidad de satisfacer la opinión social y cómo nos cohíbe de mostrar nuestros verdaderos colores, lo que nos identifica como individuos, hasta ser uno más de la masa”. Durante la presentación, cada bailarín(a) fue entrando al escenario poco a poco. El vestuario era plateado y negro con detalles a color que se fueron desaparecieron durante la coreografía. 

La segunda presentación, fueron tres protagonistas: Miriam López, Adriana Morales y Adriana Torres. El coreógrafo Eloy Ortiz comparte que “la pieza se inspira en el encuentro de tres elementos que se vinculan para crear nuevas formas”. Una pieza exquisita en donde cada una de las bailarinas tuvo la oportunidad de brillar por separado en algunos momentos de la coreografía. 

La tercera pieza “Janus” fue uno de los vestuarios más interesantes del evento. La coreógrafa Ana Sánchez-Colberg compartió que la pieza está inspirada en la figura Janus para contestar la pregunta existencial sobre cómo forjaremos el futuro. El vestuario, los(as-es) tenían su rostro tapado, fue durante la coreografía que se deshacieron de las máscaras. La parte del vuelo, encargada por los bailarines Natalia Fajardo, Jaime Maldonado y Steven Rodriguez fue el momento en donde la magia se elevó. Los tres lograron, no solamente aumentar la experiencia visual del público con las piruetas ejecutadas; la interpretación de cada uno de ellos: el rostro, el movimiento, entre otros elementos artísticos, hizo que el público se sumergiera completamente a la experiencia. ¡Un cierre espectacular! 

Luego del intermedio, el segundo acto voló las mentes de todos(as) los(as) presentes. Lo que pude presenciar pareció como una exaltación de la experiencia humana al mundo cibernético. Antes de comenzar, el bailarín Jaime Maldonado (coreógrafo) comunicó que se podía utilizar el teléfono celular para grabar video y hacer documentación a través de las redes sociales. Lo que el público no sabía es que eso iba a permitir que fueran parte de lo que se iba a manifestar en la pieza. Los(as-es) bailarines utilizaron sus celulares como parte de la coreografía; una manera creativa de expresar, a través del baile, la conexión de la raza humana al ciber espacio en nuestra modernidad. Una de las estrellas fue el beat boxer, Black Rhythm. La pieza fue completamente musicalizada por el artista, solo hubo pequeños momentos donde los bailarines hicieron algunos sonidos con su respiración y voz para acompañar al beat boxer. Fue increíble ver la sincronía de ambas expresiones artísticas y cómo eso llevó al público a ser testigos de algo nuevo. Además, el cabello suelto, el vestuario blanco y negro no uniformado con prendas malogradas y el maquillaje con detalles en rojo acertaba con el quebrantamiento de nuestra condición humana hacia el exceso de conexión que nos lleva el mundo cibernético.  Debo resaltar a los(as-es) bailarines Cristina Lugo y Alberto Rivera, su participación tuvo momentos protagónicos que guiaron la historia yacente en cada movimiento de la pieza. El segundo acto concluye con un detalle que conmocionó a todo el público presente: la bailarina Cristina Lugo utiliza su celular para llamar a una ser querida del público y pedirle que cantara un tema de cuna mientras los(as-es) bailarines comenzaron a dispersarse en el escenario. Al momento en que la persona termina de cantar, Alberto Rivera mira sonriente a los espectadores, lanza un beso y cae al suelo. El público, emocionado, no pudo aguantar las ganas de aplaudir y al instante, comenzaron los aplausos con un ovación de pie. 

“Andanza en Vivo” fue una mezcolanza de emociones en donde el éxtasis creativo e innovador fue el propulsor de cada movimiento ejecutado. Los(as-es) artistas nos llevaron a una experiencia totalmente multi-artística ya que hubo elementos música, actuación, interpretación y, siendo el baile contemporáneo el arte principal de toda la presentación. El compromiso por las artes presentadas se veía en cada rostro de los(as-es) bailarines; haciendo notar el esfuerzo de meses de preparación para este momento. Además, se observaba claramente el compromiso de cada una de las presentaciones para que el público no se fuera sin reflexionar sobre la condición humana en los tiempos que vivimos; un detalle que encuentro importante resaltar. “Andanza en Vivo” no fue arte vacío, todo lo contrario, fue riesgo. El propósito de cada una de las piezas estaba presente en todo momento, haciendo que el(la) espectador(a) pudiera elevar sus pensamientos más allá de lo que observaba y escuchaba. Fue puro arte. 

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Foto de los ensayos.
Foto de los ensayos
Foto de los ensayos
Miriam López, Adriana Morales y Adriana Torres en “Triadas”.

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